sábado, 26 de enero de 2013

EL TESORO DE MONTANS.


En el sureste francés, en el camino que nos lleva de la impresionante Carcassone a la majestuosa Albi, alejada del pasado medieval que estos nombres evocan, encontramos una pequeña población de poco más de mil habitantes, que guarda en sus entrañas un oasis de otra época.

Montans, a la que llegamos casi por casualidad, esconde bajo sus edificios un inmenso yacimiento arqueológico, que demuestra, por los descubrimientos realizados desde el siglo XIX que en este lugar, se situó un gran centro de fabricación de cerámica romana.

Sorprendente llegar a este pequeño pueblo y encontrar un barullo de niños esperando frente a un curioso edificio, presidido en su entrada por una fuente dedicada al dios Baco, es La Archéosite, el Museo y Centro de Interpretación del pasado romano.

Sorprendida también se muestra la encargada de poner orden en el grupo de escolares, cuando nos dirigimos a ella mostrando nuestro interés por visitar el Centro, está claro que son pocos los turistas españoles que por aquí se acercan.

viernes, 18 de enero de 2013

ORADOUR , donde el tiempo se detuvo.



Hace dos años cruzando Francia desde el Perigord, hacia Bretaña, nos encontramos cerca de Limoges con el lugar en el que una tarde de Junio de 1.944 todo se paró para recordar, a todo el que pasara por allí, que el hombre es capaz absolutamente de todo cuando el odio y el fanatismo se aúnan y esconden bajo la coartada de la guerra.

Oradour Sur Glane, sufrió como tantos otros lugares a lo largo de la historia la fuerza descomunal de la sinrazón.

Alrededor del mediodía del Sábado 10 de Junio de 1.944, un grupo de hombres  llegaron por la calle principal, vestidos con uniformes de camuflaje, y después de situar los vehículos blindados que les acompañaban enfrente de la iglesia se fueron en busca del alcalde.

domingo, 13 de enero de 2013

Enrique de Torres, Capitán del Regimiento de Lanceros del Rey


Pasear entre tumbas, entre nombres y fechas, entre historias anónimas, nos ayuda a pensar en nuestra vida, cuando los que nos rodean ya no nos pueden hacer partícipes de las suyas, pero siempre hay algo que nos sorprende y nos permite que por un momento aquellos que descansan vuelvan por un momento a la vida.

Volviendo de visitar el lugar donde reposan los restos de mi padre en el cementerio de mi ciudad, hace unos meses me sorprendió el enrejado oxidado de un pequeño panteón que a pesar del tiempo conservaba intacta la inscripción que identificaba a su morador.

Don Enrique de Torres, Capitán del Regimiento de Lanceros del rey, fallecido el 7 de Julio de 1.875 en la Batalla de Treviño.

Seguramente casi nadie de los que hoy habitamos estas tierras seamos conocedores de lo que sucedió muy cerca de aquí en aquellas fechas y mucho menos conozcamos el nombre de este Capitán que reposa entre los nuestros.

Pero su historia, hoy olvidada por nosotros, en aquellos años no fue anónima, su imagen y su tragedia fue recogida por los grabadores de su época, pioneros de los reporteros gráficos, y hoy podemos poner rostro a este hombre y a la acción en la que participó y murió.